miércoles, 27 de agosto de 2014

Capacitación: Podés Enojarte. Enojate Con Poder



Podés Enojarte. Enojate Con Poder



Podés enojarte. Enojate con poderAlgunos consideran que el enojo es más suave que la ira o la rabia. Para mí y en el contexto siguiente, voy a utilizar estas palabras indistintamente, como sinónimos porque así lo siento.

El enojo es una emoción, por lo tanto, no lo podemos evitar. Surge espontáneamente como una reacción a una situación imprevista, que cambia nuestro espacio de posibilidades. La emoción resulta de un Quiebre o ruptura de nuestra transparencia.
¿Qué hacemos, entonces, si no lo podemos evitar?
¿Cómo puede darse lo que te propongo en el título de enojarte con poder?
El secreto está en el estado de ánimo, que es posterior a la “explosión” de la emoción.
El estado de ánimo se puede elegir. Aquí aparece nuestra posibilidad de “enojarnos con poder”. Con poder personal, decidiendo nosotros –mediante la elección del estado de ánimo apropiado- cómo accionar –no reaccionar como en las emociones- frente al nuevo espacio de posibilidades que nos dejó el quiebre.
¿Es malo enojarte?
No, no lo es. Es más, -y más allá de que no lo podemos evitar por ser una emoción- es sano para nuestro organismo psico-físico, permitirnos el enojo para que la emoción se libere, liberándonos.
Por eso, cuando escucho palabras como “Controle su enojo”, siento la absoluta necesidad inmediata de aclarar lo que esto significa teniendo en cuenta que la palabra “controlar” puede darnos la idea de refrenar, retener o evitar, todas acciones perjudiciales para nuestro ser. En realidad, lo que esa expresión intenta decir es que no permanezcamos en él, que no elijamos después de la emoción, un estado de ánimo que nos paralice en la rabia.
Por cada minuto que pasás enojado perdés sesenta segundos de felicidad.
¿A quién daña el enojo?
¿Daña a la persona o situación que lo provocó?
No, te daña a vos, por eso, necesitamos pasar a la conciencia y tener presente cómo podemos enojarnos con poder.
Suelo decir, es más, es el nombre de un grupo que tengo en Facebook que el Coaching es un camino a la felicidad.
Este tema que nos ocupa hoy, forma parte de la base de mi dicho porque todo lo que sume a nuestra paz, nos lleva a la felicidad.
No dejes que el Sol se ponga si todavía estás enojado.
El primer paso es expresar tu enojo. Decílo, expresalo, no des vueltas por pruritos equivocados. Decí: ¡Estoy enojado!
La tendencia a tapar el enojo surge de creencias por las que:
“No se puede decir todo lo que se siente”.
“No te podés mostrar fuera de vos”.
“Hay personas a las que les harías daño”.
Todas ellas son equivocadas y van en tu contra, en contra de tu felicidad, en contra de tu Ser.
Por otra parte, creo que esta expresión es una de las mejores acuñadas de las que conozco. Fijate: “Tapar”, puede ser a una olla, en este caso, una olla a presión que si no destapás, puede explotar. Me parece sumamente gráfica para que se comprenda el daño que te podés causar silenciando tu enojo.
Aquí vamos viendo por qué, el enojo es catalogado como “negativo”.
Pero enojándonos con poder, se abre el espacio de posibilidades de transformar el enojo, en uno positivo.
Dice el Talmud que el enojo puede ser un Maestro.
¿Qué desafíos de crecimiento te propone el enojo?
Auto-conocerte…
¿Qué serías capaz de hacer en una situación límite de enojo? ¿Gritar? ¿Golpear? ¿Insultar? ¿Matar?
Auto-conocernos es nuestra única posibilidad de producir el cambio transformacional que permitirá que dé a luz la mejor versión de vos mismo.
Puede no gustarte lo que encuentres en este proceso pero seguramente, tu logro en ese sentido te dará una gran satisfacción.
Descubrir tus verdaderas prioridades…
¿Qué es lo que te importa más, en la vida?
¿Qué vas a tener en cuenta en el momento de decidir tu acción inmediata al quiebre que te provocó un estruendoso enojo? ¿Qué vas a desechar?
¿Priorizarás, por ejemplo, seguir siendo amigo –con el que te has enojado- o te priorizarás a vos mismo?
Aprender a cuidarte…
Poniendo límites.
¿Vas a seguir en contacto con las personas que te enojan?
¿Vas a repetir enojos por no hacer lo que te gusta o decir lo que necesitás?
Salir de las dudas mediante la acción…
Aprovechá el impulso y la energía máxima que requiere el enojo, transformala para accionar hacia tu felicidad. Decí “¡Basta!” a las personas y situaciones que te pueden provocar enojo.
Practicar el hábito de decidir…
Hasta que esta acción no constituya un conflicto para vos, nunca más.
Decidir qué querés, cómo lo querés, con quiénes lo querés. No hacer, nunca más algo que no esté dentro de esos ámbitos que determinaste para vos y tu felicidad.
¡Qué difícil! ¡Cuántos sentimientos se mueven al enfrentar estas circunstancias!
¡Sí! Puede ser… Sin embargo…
¿Podrías enfocarte en lo que vas a lograr en vez de en el esfuerzo que esos logros conlleven?
Y elegido el estado de ánimo adecuado, accionar a favor de lo que te conviene. Pero… un recordatorio muy importante…
¡Perdonar!
Perdonar inmediatamente porque esta acción te permitirá elegir clara y sabiamente tu interpretación de lo sucedido y porque para transformar tu energía en acción poderosa para tu crecimiento, te será imprescindible liberarte de la carga del resentimiento. Aquípodés leer acerca del perdón.
Recién después de que la emoción haya pasado y hayas elegido tu respuesta al quiebre, accioná. Actuar bajo las garras del enojo siempre es inefectivo e improductivo.
Mucho más penosas son las consecuencias del enojo, que las causas que lo producen. Marco Aurelio.
Una mañana, el guerrero mongol Gengis Kan y su séquito salieron a cazar. Mientras sus compañeros llevaban flechas y arcos, él llevaba sobre el brazo su halcón favorito, que era mejor y más certero que cualquier flecha, porque podía subir a los cielos y ver todo aquello que el ser humano no consigue ver.
Sin embargo, no consiguieron encontrar nada. Decepcionado, Gengis Kan volvió a su campamento, pero, para no descargar su frustración en sus compañeros, se separó de la comitiva y decidió regresar solo.
Habían pasado en el bosque más tiempo del esperado, y Kan estaba muerto de cansancio y de sed. Debido al calor del verano, los riachuelos estaban secos y no encontró sitio donde refrescarse hasta que, ¡milagro!, vio un hilo de agua que caía de unas rocas enfrente a él.
En ese mismo momento alejó de sí el halcón, sacó el pequeño cáliz de plata que siempre llevaba consigo, estuvo un rato llenándolo, y cuando estaba listo para llevárselo a los labios, el halcón le arrancó la copa de las manos. Gengis Kan se enfureció, pero, como era su animal favorito, pensó que tal vez tenía sed también. Recogió el cáliz, lo limpió y volvió a llenarlo. Con la copa llena por la mitad, de nuevo el halcón se la arrancó y derramó el líquido.
Gengis Kan adoraba a su animal, pero sabía que no podía dejar que se le faltara al respeto, ya que alguien podría estar asistiendo a la escena desde lejos, y más tarde les contaría a sus guerreros que el gran conquistador era incapaz de domar una simple ave.
Esta vez, sacó la espada de su vaina, cogió el cáliz y se puso otra vez a llenarlo, manteniendo un ojo en la fuente y el otro en el halcón. En cuanto hubo llenado la copa lo suficiente y se disponía a beber, el halcón de nuevo levantó el vuelo en dirección a él. Kan, de un golpe certero, le atravesó el pecho.
Pero el hilo de agua se había secado. Decidido a beber fuera como fuera, subió el roquedal en busca de la fuente. Para su sorpresa, vio realmente una poza de agua y, en medio de ella, muerta, una de las serpientes más venenosas de la región. Si hubiese bebido del agua, ya no estaría en el mundo de los vivos.
Kan volvió al campamento con el halcón muerto en sus brazos. Mandó hacer una reproducción en oro del ave, y grabó en una de las alas:
“Cualquier acción movida por la furia es una acción condenada al fracaso”
Paulo Coelho
Por el placer de compartir.
Por: Rita Tonelli
Publicado en: http://coachingyespiritu.com.ar/

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