“Ojo a las situaciones inesperadas, en ellas se encierra nuestra gran oportunidad”
Virgilio
¿Qué sucede cuando nos dan la noticia de que la empresa cierra o de que ya simplemente han de prescindir de ti por cualquier motivo? y ¿qué ocurre cuando tras un determinado periodo de tiempo buscando un nuevo empleo nuestro esfuerzo no nos reporta ninguna recompensa?
Para abordar los efectos que puede causarnos el desempleo, debemos tener en cuenta que el hecho de trabajar es una expectativa adquirida desde la infancia y reforzada a través de la escuela, la familia y los medios de comunicación, es decir, es un proceso implícito en el desarrollo de nuestra identidad social, que al interrumpirse puede provocar efectos de distinta índole, entre los que encontramos:
- Sentimientos de inseguridad y fracaso.
- Vergüenza o sentimiento de culpa.
- Reducción de contactos sociales.
- Deterioro de las relaciones familiares.
- Sentimientos de inferioridad y de incompetencia.
- Percepción de inseguridad con respecto al futuro.
- Prejuicios de la sociedad ante los desempleados.
- Sin olvidarnos de los problemas económicos que la situación puede crear qué son de vital importancia para satisfacer nuestras necesidades más básicas.
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A raíz de la pérdida de empleo, nuestra autoestima se ve afectada, se producen cambios en nuestro autoconcepto (Borrero, 1980; Shamir, 1985; Apple, 1986; De Grace y Joshi, 1986; Tenneu y Herzberger, 1987) y en la percepción que tenemos de cómo nos ven los demás (Kelvin y Jarret, 1985), y si la situación se prolonga en el tiempo, puede dar lugar a que desarrollemos problemas más serios como depresión y trastornos psicosomáticos.
Existen estudios que muestran las diferentes fases por las que cualquiera de nosotros, en situación de desempleo puede atravesar:
.1 – FASE DE CHOQUE: Esta fase, corresponde al impacto inicial que nos produce la noticia de que nos despiden, la empresa cierra, en definitiva que nos quedamos sin trabajo. Como características principales, señalar:
→ Sentimiento de desorientación y confusión.
→ Sensación de fracaso.
→ Incapacidad de hacer planes para el futuro.
→ Sensación de fracaso.
→ Incapacidad de hacer planes para el futuro.
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2 – FASE DE LIGERA RECUPERACIÓN: Una vez pasado el impacto inicial a la noticia de pérdida de empleo, tenemos la sensación de que no pasa nada, es decir, es un momento que consideramos como “estar de vacaciones”, lo que en realidad es:
→ Optimismo irreal.
→ Sensación de no estar desempleado.
→ Percepción temporal de la pérdida de empleo.
→ Sensación de no estar desempleado.
→ Percepción temporal de la pérdida de empleo.
 
3 – FASE DE REACCIÓN: En este momento nos damos cuenta de que no podemos seguir viviendo la situación como unas “vacaciones” y nos puede asaltar el temor de estar sin trabajo durante mucho tiempo. A raíz de esta sensación, de pérdida de control de la situación, es cuando llevamos a cabo toda una serie de acciones para encontrar trabajo, con las consiguientes experiencias de fracaso en la búsqueda de un nuevo empleo.
 
4 – FASE DE FRACASO: Situación a la que podemos llegar cuando todos nuestros esfuerzos en la búsqueda de empleo fracasan, pudiendo provocar: pesimismo, ansiedad, melancolía, irritabilidad incluso trastornos psicofisiológicos. Esta fase durará más o menos, dependiendo de factores como: apoyo social y la capacidad de afrontamiento personal.
 
5 – FASE “INDEFENSIÓN APRENDIDA”: La identidad social que teníamos como trabajadores, se transforma, y adquirimos una nueva “identidad como desempleados” la cual se caracteriza por:
→ Fatalismo (sensación de que la situación no va a cambiar se haga lo que se haga).
→ Búsqueda de empleo esporádicamente sin ninguna esperanza de éxito.
→ Se tiende a vivenciar el paro como un fracaso social, lo que puede conducirnos al aislamiento.
→ Aparición de sensación de vacío y falta de sentido.
→ Búsqueda de empleo esporádicamente sin ninguna esperanza de éxito.
→ Se tiende a vivenciar el paro como un fracaso social, lo que puede conducirnos al aislamiento.
→ Aparición de sensación de vacío y falta de sentido.
 
También hay que decir, que todos no vivimos la situación de la misma forma, dependerá de varios factores (Vinokur, Caplan y Williams, 1987; Fryer y Payne, 1984; Jackson y Warr, 1984; Frese y Mohr, 1987):
- Recursos psicológicos que cada uno pueda desarrollar.
- La forma particular que tenemos de percibir la situación.
- Edad.
- Duración del desempleo.
- Recursos económicos.
- Apoyos sociales.
- Expectativas de encontrar trabajo.
- Rasgos de personalidad.
 
Es indispensable no desanimarnos y seguir activos, aunque muchas veces parece una tarea imposible, por lo que es bueno, en la medida de lo posible que busquemos la ayuda de familiares, amigos, seguir unos hábitos saludables, contactar con grupos de apoyo, talleres de inserción laboral, y profesionales experimentados tales como psicólogos, psicoterapeutas o psicoanalistas.
Para poder daros algunas pautas y herramientas para afrontar esta situación, desde este blog, mis compañeros Manu Fandos, Eduardo Cruz y por supuesto yo misma Carolina Calvo, vamos a intentar tratar temas relacionados con el mundo laboral desde diferentes perspectivas:
- Manu Fandos os dará una visión desde la orientación hacia conseguir un objetivo, encontrar trabajo, mejorar el actual o simplemente decidir hacia donde dirigir nuestra carrera profesional.
- Eduardo Cruz os irá informando , desde una perspectiva legal, las novedades del mundo laboral
- Y yo, voy a intentar desde una perspectiva más psicológica, aportar herramientas de motivación, control de emociones, entre otras para afrontar la situación laboral actual de la mejor manera posible.
Espero que la información que os aportemos, os pueda ser de utilidad, y desde aquí agradeceremos cualquier comentario, aportación o sugerencia que nos queráis hacer.
Buena semana a todos!
xxx
Carolina Calvo Ayala
 
Fuentes:
Publicado en: http://cemrrhhbcn.wordpress.com/
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